Consejos para preparar el fin del Proceso Académico

*Por Sebastián Olave – Psicólogo del PAE UPA-UTEM

En nuestra cultura es común dotar concreta y simbólicamente de un comienzo y un fin a nuestros procesos. Por lo general, tanto el comienzo como el fin implican un cambio sustancial en nuestra forma de habitar el mundo y, por ende, pueden generar incertidumbre y ansiedad. En este contexto, podríamos decir que tu última evaluación, oral en la mayoría de los casos, es el final simbólico y muy concreto de un proceso formativo y un estilo de vida que duró años y sobre el cual se forjan muchas expectativas.

Cada vez que experimentamos situaciones que nos abruman o elevan la intensidad de nuestras emociones es común desear no sentir nada, pensando que tal vez esto nos haría el camino más fácil. Sin embargo, una persona sana experimentará en muchas ocasiones durante su vida algún grado de nerviosismo o ansiedad frente a contextos que la desafían. Incluso, podríamos decir que es lo esperable. Y es que las emociones cumplen una función primordial, en el caso de la ansiedad, por ejemplo, movilizar al organismo frente a posibles riesgos o amenazas, empujándonos a tomar medidas como una forma de contrarrestar estas sensaciones.

En el caso de un examen de grado o la presentación de tu tesis, la ansiedad te permitirá tomar consciencia de que debes estudiar y preparar esas instancias. Muy probablemente, implementarás una serie de estrategias entre las cuales, como mínimo, intentarás adelantarte a las preguntas que podrían realizarte identificando los temas más relevantes del contenido.

Por su puesto, también hay casos en los que la intensidad de estas emociones implica un gran sufrimiento o te paralizan en lugar de permitirte avanzar, por lo que se hace indispensable solicitar algún tipo de apoyo, el cual puede ser profesional o no, según lo estimes conveniente. Es importante que establezcas límites (no es necesario prolongar el malestar) y que estés dispuesto a trabajar en pos de buscar alternativas. Seguramente, implementando algunos cambios en tu rutina y siguiendo algunas indicaciones, el escenario puede mejorar bastante.

A continuación, comparto contigo algunas sugerencias que te permitirán mantener la sensación de control durante estos procesos, tan importantes, que son un requisito fundamental al término de tu carrera.


Sugerencias

Planifica el Proceso

Siempre es recomendable organizar la materia y calendarizar el estudio con ayuda de un horario que pueda estar disponible para nosotros/as cada vez que lo necesitemos. Por lo mismo, dejarlo en un lugar visible o utilizar una agenda puede ayudarte a reducir la carga mental durante este período. Es importante que puedas distinguir tus prioridades de aquellas tareas que solo te quitan tiempo.

Práctica

No es raro sentirse nervioso ante un examen oral o la presentación de tu tesis, has trabajado duro y obtener un buen resultado es importante para ti. Si necesitas practicar puedes organizarte con tus compañeros/as e implementar ejercicios de role playing, que te servirán para estimular la improvisación, la creatividad y la capacidad de adaptación, entre otras cosas.

Identifica Tus Redes de Apoyo

Es fundamental tener personas con quien vincularse tanto por razones instrumentales (por ejemplo, solicitar ayuda en el estudio), como para sentirse acogido en aquellos momentos en los que nos sintamos inseguros y nos cueste ver nuestro potencial. El solo hecho de contar con alguien de confianza a quien contarle tus preocupaciones puede marcar la diferencia.

Implementa Hábitos de Vida Saludable

Cuando nos sentimos estresados, puede ocurrir que descuidemos algunos ámbitos de nuestra vida que impactarán de forma negativa en el estudio. Cuida tus horas de sueño, aliméntate de forma que estés consumiendo los nutrientes necesarios para mantenerte sano/a y fuerte para enfrentar este proceso y, si llevas una vida demasiado sedentaria, piensa en una actividad física con la que puedas distraerte y liberar la adrenalina acumulada durante el día.

Respira

La evidencia es clara al respecto. Conectarte con la respiración y/o meditar ayuda a reducir la tensión en el cuerpo y nos permite desviar nuestra atención del pensamiento descontrolado. También, existen técnicas relámpago, muy difundidas entre las personas que sufren por la ansiedad, como la respiración cuadrada, que consiste en tomarse 4 segundos para inhalar, luego para sostener la respiración y, finalmente, para exhalar, durante 4 minutos o hasta que te sientas más tranquilo/a.

Confía en tus Capacidades

Si llegaste hasta este punto no fue por azar, es gracias al esfuerzo que has puesto en juego todos estos años. Como una forma de reconocerlo, trátate con amabilidad y gentileza durante este proceso, te lo mereces. Cuando somos capaces de ver nuestros aspectos positivos, somos más propensos a esforzarnos porque sentimos que lo que podemos llegar a hacer va a jugar a nuestro favor en el logro de un buen resultado.


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