El 2020 finalizó con un acontecimiento importante para el Convenio Universidad del Pacífico – Universidad Tecnológica Metropolitana. Dos estudiantes de la carrera de Medicina Veterinaria, Silvia Cerda y Juan Andrés Silva, se convirtieron en los primeros egresados en defender su título.
Sin duda es un hecho que reafirma el sentido de este Convenio y que ha permitido que más de 600 personas retomaran sus estudios. El rector de la UTEM, Luis Pinto Faverio, junto a un equipo dedicado a este proyecto asumieron este desafío motivados por la convicción de que una universidad del Estado debía apoyar a las alumnas y alumnos de la UPA que habían quedado con su proyecto educativo truncado.
Tito Flores, director ejecutivo del Convenio UPA-UTEM, destacó que “esto es fruto del trabajo que se ha venido desarrollando hace un año y medio. Para la Universidad Tecnológica Metropolitana es muy significativo que dos estudiantes hayan defendido su tesis finalizando su formación académica. Da cuenta del objetivo principal de este proyecto que es que las alumnas y alumnos puedan finalmente convertirse en profesionales. Es un hito importante que ha requerido la colaboración conjunta de nuestra universidad, de la Administración de Cierre y del Ministerio de Educación. Nos anima a continuar con más fuerza para hacer posible que quienes confiaron en nosotros logren cumplir este sueño, que por momentos se veía tan lejano”.
Para Juan Andrés y Silvia poder concluir esta etapa ha sido todo un logro que requirió del esfuerzo tanto de ellos como de sus familias y la capacidad de sobreponerse a una situación muy difícil como lo fue el cierre de su universidad. A esto se sumó el contexto de pandemia en el que tuvieron que terminar sus programas académicos.
Carlos Escobar, coordinador del Área de Agropecuaria y Veterinaria, explica que el proceso que concluyó con su defensa de título tiene un significado especial. “Más allá del mérito propio que representa el culminar una carrera universitaria de forma exitosa, ambos, son el fiel reflejo de los demás estudiantes. Se han destacado, no solo por sus conocimientos, sino que además por la calidad humana, actitud de respeto y sobre todo perseverancia ante el complejo escenario que tuvieron que vivir en un momento en que el sueño de convertirse en médicos veterinarios se llenó de incertidumbre. En consecuencia, si tuviera que elegir una palabra que los representa correspondería a resiliencia”.
Recuperar la esperanza
Silvia Cerda proviene de una familia que toda su vida ha estado ligada al campo lo que la motivó a estudiar medicina veterinaria en la sede Melipilla.
Comparte que llegar a ser profesional ha sido un camino difícil. “Yo veía muy lejano poder terminar la carrera. Cuando se cerró la universidad estaba en quinto año, solo me quedaba hacer un ramo y mi defensa de tesis, tenía mi trabajo de título listo que había hecho sobre producción de huevos de gallinas libres y el bienestar de las aves. Fue terrible cuando ocurrió todo el problema, sin embargo, siempre los profesores estuvieron al lado nuestro, apoyándonos y diciéndonos que íbamos a salir adelante”.
Cuando se produjo el cierre buscó otras opciones de seguir en otras universidades, pero le implicaba empezar prácticamente de cero y financiar una nueva carrera lo que no era factible. Por eso cuando la posibilidad de integrarse al Convenio le dio nuevas esperanzas.
Silvia quiere seguir aprendiendo, continuar trabajando en la clínica veterinaria y en el futuro poder hacerlo con animales mayores.
Para Juan Andrés Silva llegar a ser un médico veterinario también ha sido un proceso largo y dada las dificultades pensó que no lo lograría.
Egresó el 2017 y no pudo defender su tesis, porque no tenía el dinero que se paga por el derecho a titulación. “Cuando comencé con los trámites para hacerlo y obtener la autorización empezaron los problemas en la universidad. Yo me había dado por vencido, hasta que un compañero me habló que existía el Convenio”, recuerda.
Así retomó las gestiones para continuar sus estudios. Comenta que en este proceso fue importante el apoyo y orientación de los integrantes del equipo y también de la Administración de Cierre. Finalmente pudo defender y aprobar su trabajo de titulación en el que investigó sobre la crianza de alpacas en el secano de la localidad de María Pinto.
“Me matriculé en marzo de este año y cambió todo. Fue una emoción muy grande para mí y mi familia, eran años y recursos invertidos por la ilusión de ser profesional. Es un cierre de un ciclo muy importante porque yo empecé a estudiar grande”.
Juan Andrés se proyecta, le interesaría desempeñarse en el ámbito de la salud pública, en control de plagas y también poder ejercer en clínica menor.
Los ahora médicos veterinarios agradecieron profundamente la gestión y el apoyo de la universidad y el haber creído en ellos.
Para los integrantes del Convenio es un orgullo que alumnas y alumnos comiencen a egresar y se preparen para recibir su título profesional que otorga la Administración de Cierre. Como lo reflejan las palabras de Carlos Escobar y que dan cuenta del sentir de quienes conforman el equipo que lleva adelante el proyecto “me siento privilegiado de haber contribuido con el proceso formativo de Juan Andrés y Silvia, que son los primeros de muchos otros estudiantes que hoy en día tienen la posibilidad de poder cumplir sus sueños, en gran medida, por el respaldo que otorga una institución reconocida por su calidad académica como es la Universidad Tecnológica Metropolitana mediante el Convenio UPA-UTEM”.