El suicidio es un tema muy relevante para la salud pública alrededor del mundo, sin embargo a pesar de aquello, es un tema poco conversado, que está rodeado de mitos y estigmas.
Dado este escenario, que afecta a muchísimas personas de forma transversal en nuestra sociedad, todos los 10 de septiembre, se conmemora el día mundial de la prevención del suicidio, que es organizado originalmente por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, con el coauspicio de la organización Mundial de la Salud y tiene como objetivo crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo. Este año, el lema de la campaña es “crear esperanza a través de la acción”, con la intención de reflejar la necesidad de una acción colectiva que nos comprometa a todos y todas con respecto a este tan urgente problema de salud pública.
El coordinador y psicólogo del Plan de Apoyo Estudiantil UPA-UTEM, Sebastián Olave consultado por este tema señaló: “Es importante escuchar, demostrar empatía y ofrecer apoyo, unas pocas palabras pueden marcar la diferencia. Si una persona nos cuenta sobre sus ideas acerca del suicidio sería importante considerar acciones como, acompañarlo/a al servicio de urgencia más cercano, establecer contacto con algún familiar o ser querido con la finalidad de generar redes y asegurarnos de que la persona no quede sola, por otro lado, limitar el acceso a medios que puedan ser letales cobra mucha relevancia. Posterior a estas acciones es recomendable que, como acompañante, también se busque apoyo y hablemos con nuestras redes o un profesional en el caso de sentirse afectado/a. El autocuidado es fundamental”.
Es muy relevante entender que este tipo de situaciones se pueden prevenir y, como señala el MINSAL en sus diversas guías en relación al tema, todas las comunidades tienen un papel protagónico en la prevención del suicidio. Es importante saber que todas y todos podemos brindar apoyo a las personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y entregar contención a quienes han perdido a alguien producto de esta problemática, y en este sentido es primordial fortalecer las capacidades organizativas y de ayuda mutua en todos los grupos humanos.
Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio anteriores, etc. Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida.
¿Cuáles son las señales a las que debemos estar alerta?
La OPS, indica que, “mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia, pueden reducir de manera eficaz las tasas de suicidio. Por ejemplo, el suicidio impulsivo puede prevenirse restringiendo el acceso a los medios letales. Sin embargo, la prevención del suicidio no se ha abordado adecuadamente en muchos países debido a la falta de toma de conciencia sobre el suicidio como un importante problema de salud pública, lo que impide que la gente busque ayuda.”
Consultado frente a este tema, Sebastián Olave indicó que se pueden reconocer distintas señales en las personas que se suicidan, ya sea a través de lo que dicen o hacen, como, por ejemplo:
Hablar acerca del suicidio, o expresar frases como «desearía no haber nacido», «quisiera estar muerto», o similares. Las conductas autolesivas también podrían ser un indicador, al igual que la búsqueda activa en internet de métodos de suicidio o despedidas a través de cartas, entre otras cosas. También debemos estar atentas/os al aislamiento social y al consumo excesivo de alcohol y drogas. Ahora, existen personas que ocultan sus sentimientos y no dan cuenta de conductas que hagan referencia a esta problemática. Por lo mismo, si hay dudas, la forma más segura es preguntarle a la persona, que creemos podría estar atravesando por una situación de estas características, directamente. Y frente a esto sería importante mencionar que preguntar no implica dar una idea, eso es un mito, hablar de suicidio no genera ningún daño en personas que no quieren hacerlo y si ayuda a prevenirlo en personas que lo han pensado.
¿Dónde puedo encontrar información o apoyo?
Siempre se puede consultar a un médico, en primera instancia, quién podrá derivar a los profesionales más idóneos en el terreno de la salud mental. En la salud pública si se acude a un consultorio lo más probable es que realice una derivación a la atención secundaria, es decir al hospital o al COSAM de la comuna. Por otro lado, existen otros canales de ayuda como Salud Responde (600 360 7777), fono Drogas y Alcohol (1412), fono Orientación y Ayuda violencia contra las mujeres (1455) y, para personas de la diversidad sexo genérica la Fundación Todo Mejora, que entrega apoyo y orientación para la prevención del suicidio adolescente y bullying homofóbico a jóvenes LGBT https://todomejora.org/ . Y, por último, si se tiene alguna duda o se requiere de algún tipo de ayuda, se puede contar con los servicios de acompañamiento de la institución educativa en la que se encuentre.